Casa prefabricadas, ¿son verdaderamente ecológicas?

Montaje en vez de construcción

En algún momento de nuestra infancia hemos jugado alguna vezcon piezas como mecanos o legos. A la vez que perfeccionábamos nuestra técnica, nos dábamos cuenta de que en cuanto más grandes eran las piezas más rápido terminábamos aquello que estuviéramos edificando. Esto que ideábamos en nuestra niñez ha llegado a ser una realidad. Algunos justifican que es una solución que acelera el proceso de construcción y reduce costes e impacto medioambiental. Sin embargo, ¿es verdaderamente ecológica la construcción prefabricada?


Casas para ensamblar

En cuando escuchamos el concepto de casa prefabricada rápidamente lo asociamos con los bungalows o caravanas. Sin embargo son numerosas las construcciones cuyos componentes se han fabricado mediante piezas que se comercializan y finalmente el usuario monta en el terreno que destine a ello. Este tipo de casas suelen ser de una sola plata y unifamiliares.

En la construcción plurifamiliar también son cada vez más las voces que se alzan a favor de la utilización de grandes elementos constructivos prefabricados. Básicamente se utilizan pilares, forjados, jácenas y cubiertas prefabricadas, así como aplacados para cerramientos horizontales. Este tipo de construcción permitiría componer y levantar todo tipo de edificios en menos tiempo, ya que se conseguiría una mayor rapidez de ejecución y se reducirían los tiempos de espera, por ejemplo, en el caso de los forjados de hormigón.



Ventajas de los prefabricados

Algunos de los factores que los defensores de este tipo de construcción (de casas prefabricadas) apuntan como beneficios son los siguientes:

La construcción se convertiría en una actividad continua, en la que durante todo el año se fabricarían los componentes de las futuras edificaciones. Esto permitiría que los trabajadores del sector de la construcción, o una parte de ellos, tuvieran un empleo fijo menos sujeto a las variaciones de los ritmos del sector. Ligado a esto, encontramos lo que otros promotores de la construcción defienden como una ventaja: el hecho de que la mano de obra que trabajaría en estas cadenas de montaje no necesitaría una formación especializada. Esto resulta interesante a los promotores de viviendas en países en los que, por ejemplo, se construye habitualmente un gran número de viviendas de madera, como en Estados Unidos. Este nuevo sistema de construcción permitiría prescindir de un carpintero profesional y emplear a un obrero no especializado en la cadena de montaje. Por supuesto, este obrero percibiría un salario más bajo.

La rapidez de montaje, se acorta el tiempo de ejecución de la obra. Tras su transporte al sitio de construcción, una casa prefabricada puede ser montada, cerrada y ocupada en cuestión de días.

Ahorro de materiales utilizados en obra, con los elementos prefabricados en edificios o con las viviendas modulares, es posible la construcción o montaje en seco, es decir, se puede prescindir del mortero.

Reducción de los residuos de la construcción, al llegar los componentes prefabricados a obra, se reduciría la cantidad de residuos generados en el terreno donde se realiza la construcción (embalajes, rotura de piezas...)

Se afirma que se pueden crear productos finales que permiten el ahorro de energía. Por ejemplo, se construirían paneles para casas prefabricadas con un mayor aislamiento térmico que el que se suele aplicar en la mayoría de las obra.

Los componentes prefabricados se construirían con materiales de la misma calidad que en la obra o incluso de calidad superior, puesto que los componentes y proceso de producción estarían sujetos a un mayor control en la planta (condiciones ambientales, controles de calidad...) Además, los materiales estarían menos expuestos a inclemencias meteorológicas, ya que el montaje se realiza en un breve período de tiempo y no estarían expuestos a condiciones climáticas adversas durante meses. También poseerían una mayor fortaleza para resistir durante el transporte y montaje. Por todo ello serían también más resistentes tras su construcción.

La prefabricación de elementos constructivos podría abrir el camino hacia la creación de edificios en que fuera más sencillo desensamblar o de construir cuando estos llegan al final de su vida útil y poder así utilizar los materiales en otro lugar. También sería posible un mayor control sobre los procesos y materiales, tanto en la gestión de residuos generados (más sencilla en planta que en obra) como en la eliminación de productos tóxicos.

Otras ventajas que se apuntan serían que, en algunos casos, las casas prefabricadas podrían ser totalmente desmontadas y llevadas a otro emplazamiento elegido, si los habitantes así lo decidieran. Por lo que respecta a la estética, el resultado final no permitiría diferenciar las casas prefabricadas de las construidas sobre el terreno. Se cree que para mucha gente podría ser un modo de conseguir una casa de las que actualmente llamamos "de diseño" de manera más asequible. Este es uno de los argumentos claves que se esgrime habitualmente: se ahorran algunos materiales, tiempo de ejecución y mano de obra que a su vez redunda en un ahorro económico.

¿Beneficios o daños ambientales?

Demasiadas veces se confunden términos o se utilizan de manera ambigua. El medio ambiente está en boca de todos y a menudo se cuelga la etiqueta de ecológico a un producto demasiado pronto. Des del punto de vista medioambiental, no está tan claro que los prefabricados sean una solución de bajo impacto para una construcción más ecológica.

No se utilizan materiales ecológicos: salvo en contadas ocasiones, las casas prefabricadas no están producidas con materiales ecológicos, sino con productos similares a la edificación convencional. A menudo se afirma que son materiales ecológicos tan sólo por ser inertes o no tóxicos. Pero de hecho utilizan materiales que necesitan grandes cantidades de energía en su fabricación y consumen recursos no renovables. Se mantiene la presión y contaminación del medio que hasta hoy esos materiales han llevado asociada. Las casas prefabricadas utilizan aislantes de lana de roca, acero, o madera cuyo origen no se especifica. El hormigón, continúa siendo hormigón. Poco importa que el cemento vaya a una planta de producción o a pie de obra. Los hornos de clinker continuarán consumiendo la misma energía y alterando la calidad del aire a su alrededor.

Transporte: las emisiones que genera el transporte son el 40 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero. Los elementos o viviendas prefabricadas requieren un desplazamiento, desde la planta al emplazamiento final. Un suplemento que añadir al transporte inicial de las materias primas hasta la planta de ensamblaje. Los defensores de las casas prefabricadas argumentan que las fábricas estarían situadas en centralidades que permitieran hacer un uso eficiente del transporte. Resulta difícil, sin embargo, poder garantizar que la planta de producción se ubique siempre cerca de las construcciones finales, puesto que se construye en todo el territorio.

La construcción: sería un proceso más intensivo en energía fósil y menos en energía humana. La reducción del tiempo de trabajo, la cantidad de trabajadores necesarios, etc. se defiende como una mayor eficiencia en el proceso. Pero esta eficiencia final se basa en una mayor cantidad de energía, por ahora fósil y nuclear, aplicada en el proceso industrial, en la fabricación de los componentes en planta. El tiempo y la energía humana de la mano de obra, no contaminantes, se ven reducidos.

Los residuos se generarían en planta: que se produzcan menos residuos en obra no quiere decir que no se generen. Materiales defectuosos y embalajes de materias primas se convertirían en residuos en la planta de fabricación, aunque no se hicieran visibles sobre el terreno. Eso sí, quizá su gestión pudiera estar sometida a un mayor control o ser más racional.

Las casas prefabricadas: todavía no resultan significativamente más baratas que las de construcción convencional. Este es uno de los argumentos a los que se otorga mayor importancia, a causa de los crecientes precios de la vivienda.
Una parte muy importante del coste es el terreno, los servicios (alcantarillado, agua), los permisos y el financiamiento. En el caso de las casas prefabricadas, estas no tienen apenas ventaja económica sobre las viviendas construidas sobre el terreno y el ahorro sería mínimo. Teóricamente, las construcciones modulares totalmente prefabricadas resultarían más baratas si se comenzasen a producir de manera masiva puesto que permitiría reducir los costes industriales. De hecho, estos precios bajos se podrían mantener "gracias" a los sueldos relativamente bajos de los trabajadores en fábrica, muchos de los cuales serían contratados sin experiencia previa y formados en tareas específicas.
En el caso de la edificación plurifamiliar, la eficiencia en la construcción y los ahorros que permiten los grandes forjados y otros componentes prefabricados, son ahorros de tiempo y reducciones de personal, y por tanto de costes. Sin embargo, los edificios plurifamiliares compuestos parcialmente por elementos prefabricados tienen un precio de mercado similar. Todo parece indicar que los avances en esta industrialización de la edificación no se traducen en un precio más asequible para la mayoría, sino en todo caso más bien en beneficios para el promotor.

Otros problemas pueden ser la falta de adaptación al terreno (cada parcela tiene unas características, materiales geológicos, topografía, vegetación particular), la pérdida de opciones creativas (si con el objetivo de reducir costes se crean elementos constructivos monótonos), e incluso problemas a largo plazo a nivel social derivados de la industrialización de la construcción (si la prefabricación se realizara a gran escala se estaría aumentando quizá la cantidad de personal no especializado)



Casas prefabricadas y ecológicas

Algunas de las casas prefabricadas que podemos encontrar en nuestro país se presentan como ecológicas aunque, de hecho, estén realizadas con materiales convencionales que, sin ser tóxicos, no destacan por ser especialmente respetuosos desde el punto de vista ambiental. Sin embargo, también hay experiencias de casas prefabricadas conformadas totalmente por materiales ecológicos y con prestaciones para el ahorro de energía. Estas viviendas no requieren cimentación ni afectación alguna al terreno, y están pensadas incluso para que al final de su vida útil puedan ser desmontadas y transportadas.

Presentan algunas buenas características en cuanto a bioclimatismo (como su nivel de aislamiento) y están conformadas por materiales naturales y renovables de baja energía incorporada. Por ejemplo, incluyen materiales como madera, corcho y barro cocido, evitan el uso de PVC e incorporan acabados en forma de pinturas y barnices de poro abierto en cuya composición sólo figuran ingredientes naturales. Su diseño permite la incorporación de sistemas accesorios como la recogida de aguas pluviales o la inclusión de sistemas de energía solar.
El impacto del transporte desde el lugar de fabricación de estas viviendas modulares al destino final sería su principal inconveniente.

Los prefabricados aportan algunas ventajas de efectividad y facilidad de trabajo en el proceso de construcción de viviendas. Sin embargo, salvo excepciones, no se puede considerar que este tipo de construcción tenga un menor impacto ambiental global, con la actual utilización de materiales y los actuales sistemas de transporte de elevada huella ecológica.
Asimismo, tampoco cumplen totalmente las expectativas de fácil acceso a la vivienda a través de la reducción de los precios.

Podemos pensar que las ventajas que se asocian a los prefabricados tienen más que ver con la facilidad y la eficacia a la hora de gestionar la puesta en obra, e incluso con economizar recursos (también humanos), que con la ecología. Seguir utilizando materiales intensivos en energía y contaminantes en su fabricación no es ambientalmente viable. Mantener o continuar la dependencia del transporte a larga distancia de los materiales que van a conformar el edificio tampoco lo es.
Pese a las mejoras en los procesos productivos industriales, quizá finalmente no haya nada más coste-efectivo, económica y ambientalmente, que edificios que incluyan tecnología y materiales locales o regionales de bajo impacto, construidos por la mano de obra local.


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